Secretos de oruga

Siempre guardo mi identidad en el cajón. Desde hace un año que la recuperé, y desde entonces la tengo ahí, por miedo de volverla a perder. Por teléfono, alguien me llama y me dice: -Estate ahí, 9 am. Llevá birome. Ah, y tu identidad. Temerosa, me digné a abrir el cajón. Agarré el sobre donde la tengo guardada y pensé: - Ok, es importante, hoy la tengo que llevar. Pero no la voy a perder, es sólo una salida breve... Y saqué de un sobre, entonces, mi preciada identidad. Me empirimpollé (me arreglé, digamos), me puse lo más formal que pude. Sí, zapatos blancos, pantalón cremita recién planchado, cosido con mi mayor empeño, me peiné y me maquillé. Agarré la cartera. Guardé la birome. Y la identidad. Salí. Bastante dormida todavía... A esa hora suelo estar debatiéndome por algún chico en el país de los sueños. Tomé el subte. Hora pico. Ganado. Ganado urbano apretujado, olor a humano condensado. "Demasiado temprano para esto", pensé. Llegué a destino. Dejé mi identidad en la recepc

Real Little miss sunshine Yenchi(cuac!) Finalmente logré postear este video tan bizarro, que quería compartir con todos ustedes...

Hoy: Sección ex- novios inútiles Se hace llamar "El hombre que nunca estuvo" Lo peor es que es casi totalmente cierto. Pero no es lo suficientemente hombre como para terminar de irse. ¡A vos, a tu salud! ¡Y a tu libertad!

"Le temps sont dure pour les rêveurs" Ahh, otro domingo Amelie. Para ver y llorar como papanatas. Y atesorar frases... "El fracaso es el destino humano. Nos enseña que la vida no es más que un esbozo, un largo ensayo para un largo programa que no se representará"

Queridos concurrentes a este reciente blog: Quería comentarles, aclararles e informales que soy una olfa declarada. Que me gusta serlo, y que estoy orgullosa de ello. Sobre todo porque... ¡Me llevan a Pinamar con todo pago! (Por ser olfa, claro) Olfas del mundo ¡Libérense!

Había una vez, un señor malo. Que hizo cosas malas. Y escondió todo. Nuestra casa, corría peligro. Pero... Ahí estaba yo. Lista para resolver los problemas...

Y sí. Estamos en la era de la imagen. Y no me quedo afuera. No me quejo. Es cierto que se pierde la sensación de linealidad que da la palabra, el libro. Es cierto que se pierde un poco la racionalidad en pos de la sensación. Pero, ¿Y por qué no? Se resquebraja nuestra inocencia, para abrirnos a un mundo abrumador, lleno de cosas, siempre listo para sorprendernos. Sufrimos de múltiples personajes y personalidades. Y con estas palabras, doy por inaugurada una de las mías, la última, la de la mujer imagen.