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Como ser planta

Está oscuro, frío, húmedo. Estoy ahí, semilla, apretada. Me tocó un sueño, un deseo, un impulso, como un rayo. Es la hora. Es momento de abrir la piel, empujar un brotecito. Es la hora, no hay vuelta atrás, con toda mi fuerza, abriendo lugar entre la tierra, oscura, fría y húmeda. Veré la luz algún día? Si paro a preguntar, paro. No sé ni cómo es la luz allá afuera, pero la intuyo. Está dentro de mí, es la fuerza que me brota, y que no puedo evitar. Vacío, negro, no sé que vendrá después, sólo sé que sin un paso no viene el próximo. Y el paso de ahora es este. No hay nadie alrededor, no tiene que ver con nadie más. Sólo yo, mi fuerza y la tierra. Soy alguna cosa? Si no salgo de aqui, este tiempo habrá valido la pena? Cada pregunta, cada duda, detiene la fuerza. No sé que hay, pero estoy yendo, mi corazón empuja, rasga la piel y se ancla un paso más, otro. Un paso después del otro. Hasta la cima. Hasta el sol.

Otra nota mental

Puede ser muy fructífero ahora el planificar estrategias para su carrera o el pensar en maneras concretas de hacer sus sueños realidad, y además, el compartir sus pensamientos acerca de estos temas con los otras personas que le sean significativas. Es un buen momento para comunicarse con alguien que esté en una posición que le ayude a alcanzar sus aspiraciones.

Nota mental para el 2012

Sea particularmente prudente con la tendencia a establecer luchas de poder con otros

Escenas

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AMO SER AMA DE CASA ¿Está mal?

The fidgeters

To fidget es una verbo en inglés que no tiene traducción a una palabra sola, pero sería algo así como moverse inquietamente. Los fidgeters de colectivo (o subte) son algo que me ponen de muy mal humor. Paso a describir dos situaciones: Me subo al subte D en la estación Catedral. Hora pico, no cabía un alfiler más. Me acomodo en un rincón y tomo aire esperando que se vacíe lo antes posible. A eso de dos estaciones después, el señor que estaba sentado delante mío guarda en su maletín el libro que está leyendo, guarda los anteojos y se pone la mochila. Mira expectante por la ventana, como queriendo ver el nombre de la estación y se queda en posición de "estoy a punto de pararme". Yo, feliz, aliviada por la pronta liberación de un asiento justo adelante mío, me acomodo como para que nadie se me meta por el costado y quedo pendiente de que llegue el momento de la liberación. Llegamos a la estación siguiente, y no se baja. Lo miro mejor. Pienso, quizás me equivoqué, quizás sólo que

"Debemos ser unos 'soñadores poco realistas' que avancen a paso firme"

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Este discurso dio Haruki Murakami al recibir un premio en Catalunya el 30 de Junio de este año. Está muy bueno por muchas cosas. En primer lugar por expresar de manera tan clara los problemas de un capitalismo ciego y sin moral que lo sostenga. En segundo lugar por desvictimizar al pueblo japonés, y responsabilizarlo de lo que sí se pudo haber prevenido. Es decir, hay una aceptación de los hechos de la naturaleza (tsunami) o de las catástrofes generadas por otros (bombas atómicas), pero al mismo tiempo, una toma de conciencia de lo que sí se podría haber hecho para evitar esos desastres (mayor seguridad en Fukishima, por ejemplo) Finalmente, la franqueza con que desea no estar en contra de la riqueza, o de la expansión tecnológica y cultural que vivió Japón desde la mitad del siglo XX, sino a hacerlo de la mejor manera posible. Sin postergar la salud ni la vida de decenas de miles de personas, ni de la tierra, sino ideando formas nuevas, poniendo el esfuerzo de todos unidos, para crear