Eclipse
Hay días en los que se eclipsan las palabras. Algo proyecta su sombra sobre ellas y hace que se confundan. Salen unas, quieren salir esas, como escupidas por una compulsión bruta de luz. Pero no son esas las que yo quiero que salgan... Entran otras, que no son. No son las que salieron de su boca. Pero al llegar hasta mí, atraviesan la umbra y salen turbias. Sí, aunque la explicación sea científica, no se puede negar que en el aire había otra vibración, mucho más intensa y peligrosa, que llega a otras cavidades acuosas de nuestro cerebro. Quizás al no estar acostumbrada me desoriento, y pierdo la noción de la gravedad. Cosas que pasan, de repente un día. Como que una enorme bola pasa por la parte en que otra bola no deja pasar la luz de una tercer bola flotante. ¿Como para contrastar, no?
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